La columna de Jon Juaristi en el ABC de hace dos domingos que tanto escándalo ha levantado, me recordó a una columna de Expansión que escribí hace unos meses.
Juaristi, quiere ir de amateur y parece que, como justificación que quizá la haga falta en su trabajo, se inclina ante Savater ("el amateur más profesionsal..."), y yo, por mi parte no oculto mi adoración al santo laico J. M. Keynes a pesar de mis supuestos colegas que no le aprecian mucho.
Ambos tenemos un puntito de snobismo que nos lleva a preferir lo que se consigue por capricho y sin esfuerzo. En mi caso es simplemente porque me cuesta mucho lo poco que hago y no quiero que se note. En el caso de Juaristi no sé a que se debe. Lo que es claro es que quiere hacernos saber que el que los nacionalistas respondan a sus declaraciones sobre su indiferenecia hacia el futuro el euskara echándole en cara su aceptación de miembro del Consejo Asesor del Euskara, nada le importa puesto que sus conocimientos de filología vasca los adquirió por puro divertimento. Yo, por mi parte, quiero disfrazar mi defensa del confederalismo de diversión de bricoleur para hacérmela perdonar.
En cualquier caso me parece adecuado terminar este post con esta cita de un post posterior a la columna citada en el que digo, refiriendome al deporte:
También pronostiqué la vuelta del amateurismo. Aunque mi pronóstico no se haya cumplido todavía yo insisto pues me parece obvio que el amateurismo es algo posmoderno que acabará imponiéndose por su aspecto lúdico.
Por eso me encanta el amateurismo, por su aspecto lúdico, pero hay que aprender a cargar con sus consecuencias.