Apuntes perezosos de fin de semana
El infinito, ese sueño de un matemático enamorado. Nature se hace eco del caso de Hans Werner Gottinger, un economista de mi edad al que conoce de antiguo Salvador Barberá y que parece ser, además de un inquieto profesor que cambia a menudo de centro de trabajo, un plagiario y haberlo sido desde hace al menos veinte años. Está feo lo que hace; pero ¡qué le voy a hacer!
Apunte 1. El infinito, ese sueño de un matemático enamorado.
Apunte 2. Nature se hace eco del caso de Hans Werner Gottinger, un economista de mi edad al que conoce de antiguo Salvador Barberá y que parece ser, además de un inquieto profesor que cambia a menudo de centro de trabajo, un plagiario y haberlo sido desde hace al menos veinte años. Está feo lo que hace; pero ¡qué le voy a hacer! a mí me parece un héroe, un plagiario solitario que utiliza las redes sociales y su falta de completitud en su propio beneficio y yo diría que en el de todos pues descubre la pobreza de nuestra profesión. En efecto, si no le han cogido hasta ahora es porque los lectores de diferentes revistas en las que publicaba, no precisamente entre las mejores, no se relacionan entre ellos, ni la memoria de las generaciones vence en potencia a la de los peces, ni los miembros de claustros más o menos marginales se relacionan demasiado entre ellos. Pero no nos demos demasiados golpes de pecho. Si falsear resultados puede resultar indirectamente productivo, tal como acabamos de saber en relación al caso del famoso coreano con la clonación, ¿porque habría de extrañarnos que un simple y modesto plagiador que actua como "el solitario" sirva para extender el conocimiento? Además habría que estudiar con cuidado lo que ahora se llama un plagio y reconocer que esta figura puede representar al nómada que transmite conocimiento y guarda la memoria del saber.
Apunte 3. ¿Se puede ser un sibarita espartano? Desde luego que uno puede regalarse un Dom Perignon en un apartamento minimal, pero ¿ es esto de lo que quiere hablar Fdz.Galiano en El País de ayer sábado al presentarnos la figura de Rudofsky? Creo que no , que lo que pretende es una continuación de su artículo anterior, del que ya me hice eco hace unos días en el que asociaba la verdad con la austeridad. Ahora le toca el turno a la belleza como inseparable de la austeridad, a la relación entre la "ética del despojamiento" y la "estética de la sensualidad". Pues, otra vez no. O no siempre. La sensualidad puede ir unida a la voluptuosidad y ésta no siempre encaja con la austeridad. Aunque sí es verdad que a veces sí se complementan la una y la otra. Como tomarse una butifarra en el Mas de Torrent.
Apunte 4. Me muero de ganas de jugar con la blackberry. O, más exactamente, de que Itziar se cabree conmigo por mi torpeza en aprender a cómo hacerlo. Mientras llegan Rafa, Marta, Itziar y la blackberry dedicaré mi tiempo a pensar sobre la Big Science.