Esto, un bendito caos, es lo que, rememorando a Mao, le parece a Zizek la protesta egipcia y, por extensión, la de todo el oriente póximo y medio. Las conversaciones convencionales sobre esta ola de libertad hacen fruncir el ceño a no pocos ante la posible amernaza del islamismo. Creo que Zizek acierta en su comentario de hoy en El País al decir que el ansia de libertad es incompatible con amenaza alguna del islam, que mucho de lo que erróneamente llamamos islamismo radical es también una lucha de clases. Yo sin embargo todavía hecho en falta el activismo de las mujeres para estar seguro de que lo que estoy observando es una maravillosa explosión de hartura y una genuina demande de reconocimiento.