Publico hoy un borrador que se me había perdido por esos mundos de la red y que parece ser de una época cercana a la publicación del artículo en Cuadernos de Economía, un momento en el que me parecía que para comprender la crisis sería bueno ser un poco heterodoxo. la naturaleza personal e inspirada del borrador hace inadecuado cualquier en lace.me limto a copiar ese borrador.
Me regaña mi amigo Luis Bastida por traducir como corredor neoclásico lo que debería haber traducido, según él, como pasillo neoclásico. Pero es que lo de pasillo me parecía demasiado doméstico y falto de respet para una idea que yo creo iluminadora; pero como ahora quiero hablar del neoclasical corridor de forma intimista e inspirada quizá sea buena idea hablar del pasillo neoclá¡sico. Así lo haré; pero antes tengo que explicar qué pretendo con esta larguísima disgresión.
El haber publicado dos artículos heterodoxos seguidos en EXPANSION ha sido una experiencia iluminadora tanto desde el punto de vista personal como en lo intelectual, dos facetas que no siempre son fáciles de separar.
Encontrarme en los primeros setenta con lo que llamábamos la macroeconomía del desequilibro fue una experiencia inolvidable que cubrió todo un ciclo desde el deslumbramiento hasta el olvido pasando por la experiencia de ser testigo de cómo una idea se desarrollaba y simultáneamente se desnaturalizaba.
Encontrarse con la síntesis neoclásica de Patinkin y simultáneamente con las personas y las ideas de Clower y Leijonhufvud fue como un milagro aunque seguramente ya se vislumbraban en otros frentes ideas alternativas pero que parecían entrocar bien con la visión central de estos autores. Ya estaba por ahí Edmund Phelps editando un libro en el que aparecían ideas tanto de "search" (con D. Mortensen) como de información incompleta y mezclada (con Lucas). Y todo eso junto parecía dotar a la macro por primera vez con la posibilidad de encontrar unos fundamentos microeconómicos acordes con lo que creíamos saber del comportamiento individual.
El reto estaba en, por una parte, justificar el intercambio a precios "falsos" y, por otra parte, en seguir las consecuencias de ese intercambio. Yo trabajé en serio en esos años en ambas direcciones con mayor o menor fortuna, con una idea central en la cabeza: sopesar y distinguir circustancias en las que el intervencionismo estaba justificado porque era efectivo y aquellas otras en las que no lo estaba, así como saber cuando era una ocasión para la supuestamente neutral política monetaria y cuando lo era para la fiscal. De ahí salieron los tres artículos de mi tesis, mi visión de la idea del pasillo neoclásico y, un poco más tarde, ms propias interpretaciones de las llamadas self fulfilling prophecies
Pero el área se desintegró en parte por la revolución de las expectativas racionales y en parte por la potencia de la economía de la información aunque todavía no por los modelos computables o las posibilidades del uso de bases de datos y de las facilidades dela computación. El punto culminante de esta desintegración fue la renuncia a su libro sobre macroeconomía del desequilibrio por parte de H. Grossman y R.Barro, un texto que yo utilicé en mi actividad docente. Muchos años más tarde y ya desaparecido Hershel, me decía Barro explícitamente que ojalá no lo hubieran escrito.
Yo debía haber sabido ver esta deriva de la investigación en el verano de 1974 cuando envié a la Swedish Economic Review un comentario al comentario que Grossman había publicado en esa revista contra el original de Axel y que, gracias a Dios, ha sido reproducido en un libro posterior en buena parte recopilatorio ( ). Debería haberme dado cuenta que la deriva era imparable, pero solo fui consciente en parte. Los nuevos desarrollos eran muy atractivos y era fácil dejarse llevar por ellos; pero era también verdad que la intuición central de Clower y Leijonhufvud estaba ahí inexplorada y desechada por razones poco edificantes en un episodio que dice poco de la dinámica de las profesiones.
Esa idea central está en el papel sobre Effective Demand Failures. La cuestión no es una de estabilidad de las sendas hacia el equilibrio sino la coordinación de actividades en un sistema complejo,algo que depende más de la comunicación y de las señales de todo tipo que de demandas y ofertas agregadas y de dinámica de precios como únicas señales. Axel no cejó y aun a riesgo de ser simpáticamente olvidado continuó explorando cuestiones junto con Velupillai que hoy caen dentro del posible paradigama alternativo propio de la Econophisics.
Y es justo en este punto en donde entra la inspiración del título. Tiene que ver con redes y con sus aspectos estáticos y dinámicos. La inspiración consiste en pensar que se pueden rehacer las ideas de Axel juntando las nociones de redes y de contagio.
Cuanto más tupida y distribuida la red más fácil el contagio; pero menos preocupante porque el riesgo está más distribuído y más efectiva cualquier medidad tomada en cualquier parte. Y, claro está, cuanto más distribuída una red de agentes económicos más ancho es el corredor o pasillo neoclásico, menos impacto tiene un shock determinado y más fácil es capear el temporal.
La red juega un papel analítico similar al de cualquier buffer stock o colchón, similar al límite de crédito y finalmente similar al dinero como necesario medio de pago. El dinero aceptado por todo el mundo es como una red ddisribuida pues entre dos nodos cualesquiera proporciona infinidad de vías mientra que el trueque proporciona solo algunos contactos. Las explicaciones que en mi juventud se buscaban para justificar el uso de dinero fiduciario están ahora aquí, dentro de las explicaciones de las características de las redes y de su formación.