Mi BGB (Blogless Guest Blogger) favorito, Teo Millán, me envía el post que sigue. Debe ser visto como un complemento al post de hoy en Nada es Gratis; pero un complemento muy cualficado por la cercanía del BGB al problema del que trata.
Dice TM como sigue:
"Hoy aparece en el blog, NsG, un comentario sobre los costes económicos de la regulación. El tema me parece de enorme importancia, no solo porque es necesario aguzar el ingenio para buscar actuaciones de política que apoyen el crecimiento económico, sino porque últimamente hemos vivido más de un episodio en que se apuntaba a la regulación como generadora de incertidumbre. Me refiero a las múltiples noticias en los medios acerca de los amenazantes cambios del entorno regulatorio en el sector energético. Incluso retroactivos.
En mis contactos con inversores, nacionales e internacionales, y al evaluar oportunidades de negocio en países de fuerte crecimiento como India, Brásil, China o incluso Panamá, varios de los temas recurrentes se engloban en dos áreas conexas; entorno regulatorio y calidad del sistema judicial. Suelen ser temas que vienen primero en los tests de decisión a los que los inversores someten a los distintos países, por delante claramente de otros relativos a, por ejemplo, disponibilidad de managemente calificado. Al final, se razona, un manager es susceptible de ser exportado a una economía, mientras que un entorno regulatorio y un sistema judicial, están ahí para quedarse (al menos a corto plazo).
Cualquier modificación en dichos campos es altamente costosa y suele gozar de amplia oposición por parte de los sectores que generan los costes; bien la Administración Pública, bien la clase judicial. Pero lograr avances en esas áreas debe de gozar de un pay-back muy alto, a juzgar por lo que ocurre con los países en que dichas áreas están mejor resueltas.
Resulta enormemente chocante que los partidos políticos sigan insistiendo en medidas de política fiscal tradicional, sin saber sacar las lecturas evidentes de la presión ala que los inversores internacionales ha sometido a este País. Se debiera hacer un esfuerzo, por parte de los partidos, para incorporar a sus programas las reformas estructurales que tengan sentido, como lo son cualquier avance y modernización en las dos esferas mencionadas, con medidas concretas y calendarios de actuación. Esto podría arrojar una cierta dosis de confianza de que el sector público está también haciendo lo que pide la resto de los ciudadanos; revisar sus prácticas habituales, para encontrar los cuellos de botella y flexibilizar el sistema."
Nada que añadir por mi parte.