El Grantecán
El Gran Telescopio de Canarias es una gran instalación científica para la observación astronómica que parece que ya está lista después de años de diseño y construcción. Hace unos quince años que oí hablar por primera vez de este Observatorio del Roque de los Muchachos, de la incansable actividad de presión de su gran animador, tanto ante las autoridades como ante la iniciativa privada, y casi simultáneamente me enteré de algunos pormenores en el seno de aquella Comisión de Grandes Instalaciones en la que me metió Juan Rojo. Sin embargo no ha sido hasta unos días que he vuelto a pensar en ella gracias a un reportaje que viene en el ABC y cuya lectura recomiendo.
El Gran Telescopio de Canarias es una gran instalación científica para la observación astronómica que parece que ya está lista después de años de diseño y construcción.
Hace unos quince años que oí hablar por primera vez de este Observatorio del Roque de los Muchachos, de la incansable actividad de presión de su gran animador, tanto ante las autoridades como ante la iniciativa privada, y casi simultáneamente me enteré de algunos pormenores en el seno de aquella Comisión de Grandes Instalaciones en la que me metió Juan Rojo.
Sin embargo no ha sido hasta unos días que he vuelto a pensar en ella gracias a un reportaje que viene en el ABC y cuya lectura recomiendo.
Lo que siempre me impresionó es lo largo del período de producción de una instalación así. Es probable que su inicial mentor-Dios no lo quiera- no esté por allí cuando se inaugure; su construcción es tan precisa y minuciosa que es dificil saber de antemano cuanto será el coste final, máxime cuando es posible que la tecnología evolucione durante el periodo de construcción, y la coordinación de los diferentes grupos envueltos en su puesta a punto es tarea de la más exigente Investigación de Operaciones.
Todo eso es admirable; pero lo que realmente es asombroso es la Optica envuelta en el proyecto que es la que hace de ese Grantecán, con nombre de brujo guanche, una instalción única. El radio de su espejo reflector es enorme; pero para que realmente puede aprovecharse todo ese potencial el espejo gigante está formado por 36 módulos coordinados que se ajustan con precisión milimétrica ante el menor de los rozamientos, algo que no podría ser conseguido si ese espejo estuviera hecho de una sola pieza.
El Grantecán me parece una maravillosa metáfora de la solución confederal a la convivencia. La solución rabiosamente unitaria sería frágil y, lo que quizá es más extraño y paradójico, imprecisa.