Uno de los últimos días de las vacaciones llovió y nos fuimos al cine a ver la última de Allen (Don Woody). Helena (Gemma Jones) ha sido abadonada por Alfie (Anthony Hopkings) y explora sus posibilidades vitales y las de su hija Sally (Naomi Watts) y yerno en contacto con una vidente. La actriz (Jones) es idéntica a Esperanza Aguirre en un poco mayor. El parecido es tan evidente que no entiendo que no se mencione profusamente. Es imposible prestar atención a la película en sí pues te pasas todo el tiempo pensando si alguna de las sandeces que dice Helena podría interpretarse en clave política autónomica madrileña. Lo único que se me ocurre en esa dirección es que el hombre alto y moreno al que el título original hace mención como el futuro brillante de la pobre Helena (y que acaba siendo un hombre bajito, gordo y calvo) no podría ser precisamente Gallardón. O mejor si no va a ser que la liberación de Sally que la película relata no sería sino una inesperada independencia de Trinidad Jiménez.