JEM, Colander

Publicado el 02/02/2011

El Journal of Economic Methodology (JEM), en su número de diciembre del año pasado ofrece un Simposio sobre la crisis financiera con una Introducción de K. Hoover y tres artículos escritos por Don Ross, David Colander y Stan du Plesis. Pretendo ir comentando estos tres artículos en este blog comenzando por el de Colander. Su título es: The economics profession, the finacial crisis, and method.

Quizá vaya a simplificar un poco su artículo, pero no importa pues su mensaje es claro al menos en los dos extremos que me interesan:1. La diversidad de modelos y 2.Los incentivos de cada institución docta. Creo que estos son los dos puntos fundamentales que explicarían por qué los economistas, o algunos economistas, se sienten un poco incómodos ante una profesión que no parece dispuesta a mover un centímetro su manera de hacer las cosas ni a dar aire y espacio a la heterodoxia.

La crisis nos ha hecho ver no tanto que no se haya previsto, sino más bien que para ver venir estos "cisnes negros" se necesita una profesión más abierta que permita la proliferación de modelos macroeconómicos distintos y en la que se conozcan las limitaciones de cada modelo así como sus implicaciones para la política económica. En el caso particular de Colander, coautor con Kirman et al. de un artículo que no pasó desapercibido (The financial Crisis and the Systemic failure of the Economic Profession, Critical Review, 2009), este autor nos hace ver que no se trata de una queja sobre el uso de las matemáticas sino si acaso sobre el uso de unas matemáticas demasiado sencillas para la complejidad del problema del funcionamiento de un sistema económico necesariamente complejo:

Para llegar a tener una esperanza de capturar la crisis con un modelo...seguramente se necesita un modelo complejo, dinámico, no lineal y anidado con muchos agentes heterogéneos o incluso un modelo agent-based anidado: estos modelos son tan complejos que no tienenen soluciones analíticas ni tampoco resultados definitivos. En general solo pueden ser solucionado mediante simulaciones.

No es de extrañar por lo tanto que la gran mayoría de la profesión trabaje en el denominado modelo Dynamic Stochastic General Equilibrium (DSGE) porque tiene detalles muy de agradecer como son la modelización de la racionalidad forward looking y la dinamicidad; pero el problema es, dice Colander, que se convirtió y sigue así, en el único modelo con lo que resulta que, lejos de fomentar el uso de modelos alternativos para abrir el ángulo de la mirada, se convierte en unas orejeras que impiden ver el paisaje en toda su amplitud.

Y ¿por qué habría de ocurrir esto? La respuesta de Colander me encanta pues coincide con el fondo de lo que yo trataba de decir el día pasado al hablar de la excelencia. Los incentivos de las instituciones doctas, en egeneral univesidades, están establecidos y funcionan mediante rankings basados en las publicaciones y en el impacto de las revistas en las que se publican. Es bastante evidente que, en esas circunstancias, no podemos esperar la diversidad de modelos puesto que el proceso de evaluación anónima está sesgado de antemano.

El autor, ante esta situación, se muestra poco esperanzado de salir de este círculo vicioso, pero por si acaso formula tres recomendaciones que él mismo considera poco efectivas al menos a cortoplazo. Pero para terminar me interesa más destacar su critica a la eliminación del Curriculum o Sylabus de las escuelas de graduados de asignaturas como la Metodología o la Historia del Pensamiento Económico (que yo me atrevería a considerar como viveros de ideas nuevas) y la convicción de que no se puede olvidar lo aprendido ni arrumbar aproximaciones poco connvencionales por el mero hecho de que no sean apreciadas en una carrera investigadora miope que se limita a poner los puntos obre las íes en el modelo DSGE.

La lectura de esta especie de reseña no exime de leer el original que rebosa de comentarios sabios bien documentados. Quizá pueda cerrarla subrayando que estas debilidades de la profesión son una cuestion de incentivos en las instituciones donde se hace la teoría económica:

Mientras estas instituciones no cambien el método no cambiará.