El chiste gráfico de El Roto de ayer domingo, con un hombre (¿Newton?) aplastado por una manzana, me evocó la existencia de dos formas de estar en el mundo, ambas relacionadas con un árbol.
Bajo el manzano y con la mente vacía Newton comenzó la elucubración que le llevó a descubrir la gravedad, nada menos.
En un banco bajo un castaño y con la mente llena de ensoñaciones Roquintin descubrió la nausea al contemplar decontextualizadamente una raiz:
Estaba, pues, hace un momento en el jardín público. La raíz del castaño se hundía en la tierra justamente por debajo de mi banco. No me acordaba ya de que esto era una raíz. Las palabras se habían desvanecido, y con ellas la significación de las cosas, sus modos de empleo, las débiles marcas que los hombres han trazado en su superficie. Estaba sentado, un poco inclinado, la cabeza baja, sólo ante esta masa negra y nudosa, enteramente bruta y que me causaba miedo.Y después tuve esta iluminación"
Esta párrafo de La Nausea es una magnífica metáfora sartriana del sentimiento de estar arrojado a un mundo en el que, aunque entendamos la gravedad u otras fuerzas básicas, no nos sentimos en nuestro hogar y nos maliciamos que no nos encontraremos en él ni siquiera cuando nos fabriquemos esa explicación del todo que ansían los físicos.