Juan Urrutia Elejalde Graneles

Otoño

El otoño astronómico no llega, en estos meridianos entre los que nos encontramos, hasta detrto de dos semanas. Sin embargo el entorno físico, con el asfalto ciudadano y con la luna llena, se confabula con el mental, influído por la edad y la sensación de invisibilidad, para traer el otoño cuando menos se le espera generando unas extrañas ganas de lamentarse o de protestar así como emboscadas tentaciones de entregarse a la languidez o a la destrucción. Algunos jóvenes se lanzan a la destrucción y algunos viejos disfrutamos de la aceptada irrelevancia como una nueva pieza de sabiduría asociada a Verlaine que escribió en su Canción de Otoño:"Les sanglots longs des violons de l'automne blessent mon coeur d'une langueur monotone".

Otoño

El otoño astronómico no llega, en estos meridianos entre los que nos encontramos, hasta detrto de dos semanas. Sin embargo el entorno físico, con el asfalto ciudadano y con la luna llena, se confabula con el mental, influído por la edad y la sensación de invisibilidad, para traer el otoño cuando menos se le espera generando unas extrañas ganas de lamentarse o de protestar así como emboscadas tentaciones de entregarse a la languidez o a la destrucción. Algunos jóvenes se lanzan a la destrucción y algunos viejos disfrutamos de la aceptada irrelevancia como una nueva pieza de sabiduría asociada a Verlaine que escribió en su Canción de Otoño:"Les sanglots longs des violons de l'automne blessent mon coeur d'une langueur monotone".