Otra historia de Kueli
Está ya recogida como comentario al post sobre Cioran; pero creo que, como asi todos los de Kueli, merece der singularizado. Así lo hago. > Una noche al pasar por el parque, cuando volvía hacia su casa desde la universidad, cuatro encapuchados asaltaron a Matthew Henry, un teólogo inglés que vivió a caballo de los siglos diecisiete y dieciocho.
Está ya recogida como comentario al post sobre Cioran; pero creo que, como asi todos los de Kueli, merece der singularizado. Así lo hago.
Una noche al pasar por el parque, cuando volvía hacia su casa desde la universidad, cuatro encapuchados asaltaron a Matthew Henry, un teólogo inglés que vivió a caballo de los siglos diecisiete y dieciocho. Esta es la plegaria que dejó anotada en su escritorio antes de acostarse:
“Señor, hoy fui asaltado Y se me ocurre que debo agradecerte varias cosas. Primero quisiera agradecer que nunca me hayan asaltado antes, lo que un mundo como éste es ya es casi un milagro. En segundo lugar, quiero agradecer que se llevaran sólo mi billetera que, como siempre, apenas contenía unos peniques. También te agradezco que no estaban conmigo ni mi esposa ni mi hija, que se hubieran asustado mucho Y también que, afortunadamente, no me lastimaran en ningún sentido. Finalmente, Señor, quiero agradecerte muy especialmente haber sido al que robaron. Y no el que robó. ”
Visto así, ¿qué es una victoria? y ¿ qué es una derrota?
La última frase la añado a petición del propio Kueli. Yo solo quiero añadir que no me parece que el señor me haya llamado por los caminos de la piedad y la teología.