Publicado el 14 de abril de 2006
Hace bastantes años y con mucho recelo, defendí, en un par de trabajos incluídos en La Mirada del Economista (Biblioteca Nueva, madrid,2005 ) que para superar el terrorismo de ETA y librarnos de sus efectos devastadores, deberíamos combinar dos actitudes. En cuanto a su comprensión teórica sería necesario aceptar la complejidad del problema huyendo de simplismos gratificantes y en donde lo de complejidad se consideraba en términos más o menos técnicos diferentes de la mera complicación. En cuanto a la eliminación práctica del terror me atrevía a sugerir que no se debería rechazar la negociación aunque no pudiéramos explicitar su objeto y que, llegado el caso, debería admitirse la mediación exterior a efectos de de no caer en el sesgo cognitivo que todos sufrimos.