Spe Salvi
Nos ha vuelto sorprender Benedicto XVI con una encíciclica nueva, Spe Salvi, esta vez sobre la Esperanza. Aunque la Esperanza estaría muy ligada a la Fe, según el Papa, todavía le falta escribir específicamente sobre la Fe; pues ya escribió la Encíclica del Amor. Ya llegará; pero de momento pensemos en la que acaba de firmar.
Nos ha vuelto sorprender Benedicto XVI con una encíciclica nueva, Spe Salvi, esta vez sobre la Esperanza. Aunque la Esperanza estaría muy ligada a la Fe, según el Papa, todavía le falta escribir específicamente sobre la Fe; pues ya escribió la Encíclica del Amor. Ya llegará; pero de momento pensemos en la que acaba de firmar.
El resumen, seguramente sesgado y aparte de las citas, es, para un lego como yo, que sin Dios y con la sola razón no hay esperanza para el mundo y los humanos. Siempre se fracasará. La verdad revelada no puede ni debe restringirse al ámbito privado, ha de ser parte de la organización política porque sin ella vamos a un callejon sin salida.
La verdad revelada sería como el Tribunal Constitucional, la única posible garantía de que el sistema político se cierra y se completa proporcionando seguridad y, ciertamente, esperanza.
Esta manera de pensar es, me parece, fácil de desmontar en el caso del TC tal como pretendí hacerlo denunciando el peligro de captura de ese TC. Pero imposible hacerlo en el caso de la verdad revelada a pesar de que la captura de la misma es un caso de libro.
La única interpretación posible es puramente utilitarista: engañándonos con esa verdad de cierre estaríamos mejor. Y esta interpretación encaja con su autor engalanado y con sus caros zapatos de Prada. Esta esperanza es dificil de vender a quienes tienen que vivir con menos de un dólar al día e incluso a aquellos que se ven agobiados por las hipotecas.