TM en 902 palabras y una imagen

Publicado el 30/11/2010

Mi Blogless Guest Blogger favorito, Teodoro Millán, envía este comentario en 902 palabras unas cuantas más que las 777 de mi post sobre desviacionismo y disidencia. Lo posteo aparte no solo por su extensión, sino por su interés aunque solo aborda un aspecto del post.

Escribe Teo

El plot de la película de Egoyan es una vieja idea. El poso final es el héroe sacrifical que redime y pena; una especie de chivo expiatorio en secuencia dinámico temporal; primero redime y luego pena. No como la Ifigenia de Agamenon, que sintetiza ambas acciones en una.

La referencia que acabo de leer al respecto, y con una mejor calidad plástico literaria que la película, es “La Judith de Shimoda”, adaptación de B. Brecht de un clásico japonés. En ella, la geisha Okichi salva a su ciudad del bombardeo de los colonizadores ingleses, al entregarse al cónsul británico. Pero su vida queda marcada desde entonces y pasa como un rayo de heroína del pueblo a prostituta alcoholizada. ¿Qué ha hecho Judith, salvo salvar por amor a sus conciudadanos?. Así Clhoe también, en esta película, muere por amor redimiendo a sus próximos, que mantienen las características esenciales de la figura del “otro”, la distancia inexpresiva, que sirve de base al rechazo, a la vez que la proximidad suficiente como para suscitar el amor en el “uno”. Así el uno frente a los otros, dispuesto siempre a sacrificarse para auto-realizarse, sabiendo que el sacrificio no será nunca valorado. Una figura de lo más cristiana y de lo menos judaica.

Recomendada lectura la de Brecht. Y para comentario ilustrado baste;

http://www.rebelion.org/docs/109874.pdf

“Teorema” es otra cosa. Allí no hay chivo expiatorio, solo figura de amor, sin penar necesario. La obsesión de PPP por el poder de la irrupción amoral del amor físico le llevó a que en su obra póstuma, Petróleo, el personaje central hubiese completado el amor con toda una familia en las primeras tres páginas de la novela, incluida la abuela, señora de venerable edad. Esa misma incontinencia narrativa le lleva en Teorema a hacer alago de la presencia del ángel de la guardia, encarnado en ser liberador que no sabe de espíritus y sí de corporeidad radical. Es la ausencia de sacrifico que permite la liberación, que rompe la moral burguesa; un tipo de utopismo en clave materialista, entronado en la política del cuerpo a nivel individual. Biopolitica del yo.

En Teorema el penar les queda a los otros, y el yo no es chivo expiatorio sino ángel que se desvanece. Se trata de la narración de una epifanía que busca un ángulo revolucionario.

El texto completo en;

http://www.scribd.com/doc/7645052/Pasolini-Pier-Paolo-Teorema

Este es un poema del propio PPP sobre la obra. (Aunque mejor que la película es el libro).

Teorema

En cuanto a mis obras futuras, verás a un joven llegar un día a una hermosa casa donde un padre, una madre, un hijo y una hija viven ricamente, en un estado que no conoce la crítica, como si fuera un todo, la vida pura y simple; hay también una sirvienta (originaria de regiones subproletarias); viene, ese joven, bello, como un americano, y, súbitamente, la sirvienta, la primera, cae enamorada de él, y se levanta las faldas. Él le da la dulce, pesada cólera de su miembro. Luego el hijo se enamora de él: duermen juntos, en la misma habitación del chico, con los restos de la infancia; y también al hijo él le da su miembro de seda, más adulto y potente; y el mismo don, condescendiente y generoso, porque él es el que da, le hará a la madre, que adoró sus ropas, los pantalones, la remera, el slip, dejados en un bungalow un día caluroso de verano, sobre el mar Tirreno; y aún el mismo don le hará al padre, transformándose en padre del padre –porque él, con ambigua dulzura materna, es, por nombre, padre- al padre que se despertó al alba con un dolor de estómago que lo parte en dos, y que descubre, alzándose para ir al baño, la belleza muda de las cuatro de la mañana con el fulgor del sol…y que descubrirá su amor con la misma maravilla con que descubrió aquel sol: un amor como el de Ivan Ilich por su sirviente campesino y joven; pero consciente y dramático porque él, el viejo industrial con la cara de Orson Welles, es un pequeño burgués, que dramatiza todo. El mismo don de su miembro, durante las horas de la enfermedad del padre –y antes que al padre- él le hará a la hija de catorce años, enamorada de su padre, y que descubre, al joven todo amor, a través de los ojos enamorados, justamente, del padre. Después el joven se va: la ruta al fondo de la que desaparece permanecerá desierta para siempre. Y cada uno, en la espera, en el recuerdo, como apóstol de un Cristo no crucificado pero perdido, tiene su destino. Es un teorema: y cada destino es un corolario.

(Fragmento del largo poema Poeta de las cenizas, hallado por su biógrafo Enzo Siciliano entre los papeles íntimos de Pasolini, tiempo después de su asesinato. Dice Siciliano que las 32 páginas del texto fueron escritas, casi con seguridad, en agosto de 1966 en Nueva York. En ese momento Pasolini pensaba en Orson Welles para el papel del padre, que finalmente fue interpretando Massimo Girotti. La traducción es del poeta Arturo Carrera y fue publicada en la revista argentina “Diario de Poesía)