Una sugerencia de Kueli
A Kueli le gusta jugar y no solo al tenis. Lo que le gusta es jugarse la tela. Bueno, quizá esa manía le venga de sus correrías infantiles por Zarauz.
A Kueli le gusta jugar y no solo al tenis. Lo que le gusta es jugarse la tela. Parece vasco. Bueno, quizá esa manía le venga de sus correrías infantiles por Zarauz.
Lo natural sería que se preocupara por modelar el sistema de apuestas en los frontones del que me hablaba Bubi recientemente como uno de los proyectos de Elena Y. Pero en lugar de esto se le ocurre cómo mejorar el tráfico de personas en los aeropuertos ya que el juego de las colitas de seguridad no le gusta nada. Sugiere que haya una seria diferenciación de vuelos con precios diferenciados.
Por un lado los vuelos safe en los que el avión ha sido examinado con gran cuidado y cuyos pasajeros han sido desnudados para estar seguros que ninguno lleva nada que pueda servir para atentar o desviar el vuelo.
Por otrro lado estarían los vuelos not-so-safe en los que, aunque con el mismo cuidado técnico, se procedería con mucho menos cuidado en los arcos de seguridad sin caer en las estupideces rutinarias.
No me parece mal la idea. Es una manera de enriquecer el espacio de bienes e increnmentar el número de mercados. Y una pregunta intrigante es la del precio relativo de un a clase de vuelo y la otra.
Ahora bien no sé si estoy de acuerdo en cuanto a la razón para llevar a la práctica esas recomendaciones. Me refiero a que la mejora en la asignación de bienes que se podría obtener y que, además, respeta la voluntad de la gente, quizá chocara con ciertos valores que pertenecen a la identidad de un colectivo políticamente organizado: "nosotros no hacemos esas cosas" sería, seguramente, la reacción de algunas comunidades.
Y ¿si se sometiera votación? Ya sé que habría comunidades cuya identidad las prohibiría decidir estas cosas por mayoría; pero si yo no perteneciera a una de esas y me dejaran votar, votaría a favor pues me gustaría usar los vuelos menos seguros, incluso si fueran más caros, para ahorrarme las pequeñas vejaciones a las que te somenten en los otros.
No les extrañará si les digo que Kueli es un economista y de calidad, lo mismo que Bubi y Elena Y. Espero seguir transmitiédoles estas ideas que me regala de vez en cuando Kueli y que los otros dos economistas citados me confíen las suyas, sobre todo en su estado embrionario.