A través de Ludel M. me llega esta magnífica pieza de mestizaje musical que escucho mientras escribo esto y acompañada de un fondo de lo último de Dylan. ¿Qué pensar más allá de que la música acompaña a la palabra enfatizándola y de que, entonces, esta hibridación debería se un exponente evidente de los tiempos posmodernos que vivimos? Pues que, o bien la música sigue hoy siendo un acopañamiento, o bien que, lejos de ello, es una manera de decir inexorablemente la verdad com insinuaba Dylan en su momento:"there are no words but those that tell what´s true..inside then gates of Eden". La verdad sería que para unos niños japoneses la quinta de Beethoven y el mambo son esencialmente idénticos y que Dylan nos lo hace ver. Pero también me interesa la función expresiva de la música y especialmente en el cine. En este medio no estoy seguro de que la música no sea un recurso que nos dice qué sabe quién especialmente en la películas de intriga. La melodía ¿nos avisa exclusivamente a los espectadores del peligro o se dirige también al personaje de ficción? Y no es lo mismo pues la manera que tenemos de recibir la imagen en el espejo que es una obra de ficción depende de si compartimos o no la información con el ente de ficción.