Sostiene Luisito

Publicado el 15/08/2010

En un comentario a un post mío Luisito, despues de realizar otro comentario que debería ser consultado antes de comenzar con el que va a ser objeto de esta glosa, dice lo siguiente:

Bueno, yo hubiera preferido la abolición de la Fed.

Para empezar es una buena entrada que me atrae pues nunca he creido en la justificación convencional de los bancos centrales. Veamos cómo continúa Luisito:

La Fed está siendo empleada (desde hace mucho, pero cada vez más) para hacer política fiscal, redistribución de renta.

Ya se sabe que la política fiscal y la moneatria no son independientes y que están necesariamente ligadas por la exitencia de una restricción presupuestaria intertemporal. La relación con la distribución de la renta me parece menos obvia más allá de que todo influye en ella.

Pero vayamos más allá acompañando a Luisito. Es dificil no estar de auerdo con su siguiente afirmación:

Una política fiscal que esquiva el inconveniente de la supervisión pública y el visto bueno de la cámara de representantes. Lo mismo que hace Hugo Chavez con su petrolera pero en más tecnocrático.

Y esa lucidez me predispone a escuchar con atención sus siguientes afirmaciones:

Esto, la política fiscal ilegítima sin acuerdo y supervisión de los ciudadanos, hecha a través del Banco Central, no es nada nuevo.

Efectivamente, ¿y? Pues que:

El problema es la magnitud sin precedentes de la actual redistribución. No saben como manejarla porque, incluso cuando se hace a través del ilimitado balance del banco central, aparecen resistencias políticas. Muchos grupos de poder están empezando a estar asustados porque saben que, en última instancia, esta vez el castillo de naipes no resistirá y no quieren ser arrastrados en la caída.

Con independencia de la necesidad, ya menionada, de aclarar qué decimos cuando hablamos de redidstribución, sí que está claro que las medidas monetarias extraordinarias y heterodoxas que han adoptado los bancos centrales más importantes aceptando la compra de activos tóxicos como contrapartida a la emisión de dinero ha distorsionado sus balances que ahora tienen unas ratios que no están acostumbrados a contemplar. De ahí el último movimiento de la FED planeando sustutuir esos activos tóxicos cuando venzan por deuda pública. Parece sensato aunque quizá las reacciones pesimistas puedan deberse a que algunos o todos creen saber que las instituciones crediticias tienen todavía muchos activos tóxicos o incomprensibles que esparaban poder colocar en ese Banco Central.

Si esta fuera la explicación más aceptable se entiende el siguiente párrafo de Luisito:

El Congreso ha topado con el techo de prebendas y planes de salvamento y en la vía fiscal a través del Banco Central comienzan a aparecer serias dudas y resistencias políticas. La historia de amor entre la administración Obama, Wall Street y Bernanke comienza a aparecer demasiado obscenamente evidente.

Insiste en ello de forma que empieza a parecer que este es justamente el punto que Luisito quiere subrayar, la tensión entre el ejecutivo que ha sido capturado por Wall Srtreet y el legislativo:

El remedio que han aplicado en estos casos antes consiste en sintetizar, para la fecha conveniente, un escenario de Fin del Mundo. La inminencia de un Apocalipsis bien escenificado ablanda muchas resistencias y tiene la ventaja de que, ante la urgencia, los representantes en la cámara tienen que firmar el cheque en blanco sin leerlo

Esta interpretación, digamos política, de la situación económica parece plausible. Ahora bien, no es fácil aceptar sin más la siguiente explicación aparentemente más técnica:

Dado que en los mercados de acciones no se conoce otro inversor que no sea la Fed (a través de las mesas de trading de los bancos de inversión), escenificar un crash a la carta es cosa de niños para la Fed. Y necesitan ese crash para meter el miedo suficiente en el cuerpo de los políticos que tienen que consentir una nueva expansión del balance de la Reserva Federal (y quizás algún nuevo plan de estímulo/despilfarro de los que desea Krugman).

Entiendo que la FED puede influir en las cotizaciones bursátiles a través de sus declaraciones, pero no entiendo cómo podría hacerlo a través de invertir en bolsa ni conozco los paquetes que obran en el Balance de la FED si es que hay alguno. De ahí que no pueda estar de acuerdo con la siguiente declaración apocalítica:

Den por tanto por hecho un crash en la bolsa (y un repunte de los bonos/caída de tipos) en el Otoño Navidad. (Bernanke es lo que los americanos llaman un “One trick pony”)

Quizá lo que no entiendo pudiera tener la siguiente explicación correspondiente al comentaro adicional de Luisito al que hacía referencia en el primer párrafo. La FED puede colaborar a un nueva ola de relanzamiento comprando bonos empresariales emitidos por firmas en apuros. Pero no es esto lo que ha declarado y parece que la necesidad de comprar bonos públicos sería más urgente. Y, en cualquier caso, ese nuevo relanzamiento no sería fácilmente aceptado por el Congreso ante unas elecciones legislaticas cercanas.

¿No deberíamos quizá estudiar con más cuidado las tensiones dentro de la propia FED? ¿Serían éstas, en caso de existir, consecuencia únicamente de tensiones políticas?