Juan Urrutia Elejalde Graneles

Viernes santo o la última comida

Estas vacaciones me sale casi todo mal. Salimos un día tarde para enterrar a un tío de Marisa, un hombre bueno que murió en paz.Ya estaba yo pues en una tesitura quejumbrosa antes de llegar y así lo reflejé en un minipost que reproduzco: > La soledad de un coche parpadeante abandonado a la salida de un peaje me recuerda hasta las lágrimas la desolación de un amante rechazado bajo un chaparrón que le empapa Luego falló no solo el sistema wifi, sino el mismísimo ADSL y la teléfonica después de dos días me cuenta la milonga de que el router está averiado, me lo cambia y al ver que tampoco va me dice que es mi ordenador. Me siento desamparado y duermo mal con ganas de volver a casa.

Viernes santo o la última comida

Estas vacaciones me sale casi todo mal. Salimos un día tarde para enterrar a un tío de Marisa, un hombre bueno que murió en paz.Ya estaba yo pues en una tesitura quejumbrosa antes de llegar y así lo reflejé en un minipost que reproduzco:

La soledad de un coche parpadeante abandonado a la salida de un peaje me recuerda hasta las lágrimas la desolación de un amante rechazado bajo un chaparrón que le empapa

Luego falló no solo el sistema wifi, sino el mismísimo ADSL y la teléfonica después de dos días me cuenta la milonga de que el router está averiado, me lo cambia y al ver que tampoco va me dice que es mi ordenador.

Me siento desamparado y duermo mal con ganas de volver a casa. No ya como un amante abadonado, sino como un niño de inclusa.

Y en cuanto me siento así los pensamientos fúnebres se apoderan de mi subconsciente y de ese agujero no me saca ni quienes más me quieren.

Menos mal que aquí la comida todo lo compensa, pero me siento como un estúpido glotón o como un deseparado que come para olvidar. Hasta que topo con esta canción de Jacques Brel: Mon dernier repas. Lean la letra con cuidado. Parece como si este hombre supiera ya que la fiesta ( que otros llaman valle de lágrimas)se había acabado.

A mon dernier repas Je veux voir mes frères Et mes chiens et mes chats Et le bord de la mer

A mon dernier repas Je veux voir mes voisins Et puis quelques Chinois En guise de cousins

Et je veux qu'on y boive En plus du vin de messe De ce vin si joli Qu'on buvait en Arbois

Je veux qu'on y dévore Après quelques soutanes Une poule faisane Venue du Périgord

Puis je veux qu'on m'emmène En haut de ma colline Voir les arbres dormir En refermant leurs bras

Et puis je veux encore Lancer des pierres au ciel En criant Dieu est mort Une dernière fois

A mon dernier repas Je veux voir mon âne Mes poules et mes oies Mes vaches et mes femmes

A mon dernier repas Je veux voir ces drôlesses Dont je fus maître et roi Ou qui furent mes maîtresses

Quand j'aurai dans la panse De quoi noyer la terre Je briserai mon verre Pour faire le silence

Et chanterai à tue-tête A la mort qui s'avance Les paillardes romances Qui font peur aux nonnettes

Puis je veux qu'on m'emmène En haut de ma colline Voir le soir qui chemine Lentement vers la plaine

Et là debout encore J'insulterai les bourgeois Sans crainte et sans remords Une dernière fois

Après mon dernier repas Je veux que l'on s'en aille Qu'on finisse ripaille Ailleurs que sous mon toit

Après mon dernier repas Je veux que l'on m'installe Assis seul comme un roi Accueillant ses vestales

Dans ma pipe je brûlerai Mes souvenirs d'enfance Mes rêves inachevés Mes restes d'espérance

Et je ne garderai Pour habiller mon âme Que l'idée d'un rosier Et qu'un prénom de femme

Puis je regarderai Le haut de ma colline Qui danse qui se devine Qui finit par sombrer

Et dans l'odeur des fleurs Qui bientôt s'éteindra Je sais que j'aurai peur Une dernière fois.

No estoy seguro de estar de acuerdo con todos sus deseos para su última comida, epecialmente con los rurales; pero hay muchos otros a los que me apunto ahora mismo. Y solo de escuchar a un hermano defenderse de pie del último terror, recobro las ganas de vivir. Especialmente en lo que se refiere a ese verso que no olvidaré para mi último menú:

Une poule faisane Venue du Périgord

En conjunto Brel me lleva a la conmemoración de esa extraña fiesta laboral que se llama Viernes Santo. Y me fuí a Verges, a la danza de la muerte, con el corazón ligero.