Jon Leizaola y Baudelaire
Hace una semana murió mi primo Jon. Hacía meses que a extrañas horas de la noche me llamaba para contarme cosas de mi padre que, dada la diferencia de edad, él debía creer que yo ignoraba.Y amenudo tenía razón. Creo que fue con ocasión del funeral de su hermano Maren, hace ya muchos años, cuando Iker, el tercero de los cinco hermanos Leizaola que mi madre quería como hijos, me recitó un pema de Baudelaire, una pequeña estrofa que se me quedó en la cabeza para siempre.