Textos de Juan Urrutia para su blog entre 2002 y 2022
Fui a una librería del centro y pregunté por un DVD de The leg of Lamb, una peliculita televisiva de Hithcock. La dependienta me dijo que no la tenían porque eso estaba en un pack de obras para televisión del maestro, pero que es una pieza bien conocida que estaba basada en un cuento del Roald Dahl. No hay nada que sustituya a este tipo de tienda y de tendera, de librería y de librera.
El verano pasado defendí en los cursos de verano de El Escorial la conveniencia de una ley de cuotas que obligara a tener una representación femnina equitativa en cualquier órgano que admita la regulación. Lo hice junto con una amiga, Ana María LLopis y en contra de otras dos mujeres muy conocidas y profesionales de tanto éxito como mi amiga. Estoy contento con la sobrerrepresentación de las mujeres en el gobierno que Zapatero acaba de montar y me parece que esto es ya imparable para beneficio de todos.
El Comité olimpico es una pendajada cursi. Es posible que sea corrupto y que sus miembros sean unos aprovechados. Pero con ser la corrupción grave si fuera cierta, lo más molesto para mí es cuando se ponen dignos y tratan de homologar el espíritu olímpico a los derechos humanos o al fair play británico.
Cuando los deberes sobrepasan la capacidad de almacenamiento y procesamiento de nuestro cerebro encerrado en el cráneo, bien sea porque los deberes se acumulan, bien porque las neuronas vaguean, no hay más remedio que utilizar algunos trucos. En mi caso, los pliegues cerebrales son sustituidos por el espacio, exetrior al cerebro. En mi casa de Madrid todo el suelo de mi amplio despacho está lleno de papeles organizados espacialmente para distinguir mis distintas tareas.
Recibo a través de Juanjo Dolado una entrevista a Robert Auman escaneada de una revista desconocida para mí que se llama Executive Excellence. La introducción biográfica está apañada y nos hacemos una idea de la vida de un judío alemán trasterrado de niño con su familia a los EE. UU de Ameríca a la edad de ocho años.
Decía ayer que ahora empiezo a sobrepasar los 32 años de mezquindad franquista después de 32 años de libertad en democracia más o menos avanzada. Hoy quiero añadir que también es verdad que la libertad ha traido con ella 32 kilos adicionales que me cansan el corazón cuando no tengo más remedio que arrastrarlos por esos aeropuertos del Señor. Es que ayer, en el insomnio que empieza a ser crónico, remiré unas fotos de nuestra boda y yo pesaba 60 kilos.
Hoy ( 11 de abril) se nos dice, en uno de los editoriales del Pais, que España tiene que cambiar de modelo de crecimiento. Desde al menos hace cuatro años que dije que había que intercambiar camareros (con todo respeto por esta figura de trabajador tan mal tratada por Arias Cañete) por científicos y ladrillos por ordenadores, somos muchos los que han ecomendado ese cambo de modelo. La sugerencia comenzó a ser un lugar común desde que se empezó a hablar de la Nueva Econo mía, nombre que, erroneamente, desapareció del lenguaje común a partir de la explosión de la burbuja punto com.
Llevo treinta y dos años viviendo en democracia. A partir del año que viene habré vivido más tiempo en libertad que bajo aquel régimen fantoche del general Franco. No se si me da tiempo a calmar la ira interna que acumulé.
Desde primeros de Agosto del 2007 hasta finales de Marzo del 2008 he escrito 31 posts más o menos relacionados con la situación económica que se empezó a crear en verano con la implosión inmobiliaria. La distribución de los posts sobre estos ocho meses es como sigue: Agosto: 4 Septiembre: 8 Octubre : 3 Noviembre: 2 Diciembre: 4 Enero: 3 Febrero: 3 Marzo: 2 Como media he escrito unos cuatro posts al mes; pero su distribución (un rango de seis) demuestra que mi preocupación (y yo creo que la general) no ha sido constante. Pero voy a otra cosa.
Por muchas razones Antoni Gutiérrez-Rubí, autor de Políticas (Colección Planta 29, Sociedad de las Indias Electrónicas, Ediciones El Cobre) me parece un hermano. Entre todas ellas destaco hoy la primera que me estalló en la cara al abrir su libro. En la primera frase del primer párrafo de la Introducción menciona que "la primera frase de un libro es determinante para su suerte".
Me refiero a Mario Bunge quien, según El País del viernes 4 de marzo, había dado una confrenecia en Barcelona invitado por la Fundación Ernest Lluch. No sé cómo sería su conferencia, pero a juzgar por la entrevista no me he perdido gran cosa. Esta entrevista está dividida en cuatro partes y me voy a referir a cada una de ellas.
Mis ex-colegas y amigos, Jose Luis Ferreira y Diego Moreno, ambos de la Carlos III, escriben un claro y bien escrito sobre las relaciones entre el voto de las elecciones generales recientes y el índice de poder de cada partido o coalición medido por el índice de poder de Shapley-Shubick ( o probailidad de que ese partido o coalición pueda desestabilzar la coalición gobernante. Su intención última es ofrecer una opinión serena e inteligente sobre las modificaciones posibles de la ley electoral. Recomiendo encarecidamente su lectura así como el breve post que les dedica Jesús Zamora.
Recomiendo esta colección de Paidós, El arco de Ulises ,creo que reciente. Para empezar son libros cortos " que para entenderlos como se merecen se necesita una vida larga" (Quevedo). Pero sobre todo exhiben unas contraportadas excelentes que no son sino cortísimos entrecomillados del autor.
"Un alcohólico con dificultades de escritura". Así se define este poeta (como todos los irlandeses) y dramaturgo. Creí que yo era el único que le conocía; pero en mi última razzia de libros de la que ya dí cuenta, topé con una crónica suya sobre Nueva York con la que arramplé sin pensarlo dos veces.
Tanto El País como El Mundo de hoy ponen en portada la foto de Zapatero separado del resto de los colegas en la cumbre de la OTAN que tenía lugar en Bucarest. Para unos esta soledad será un timbre de gloria, para otros una muestra del fracaso de una política exterior determinada. Para mí es un enorme fallo del anfitrión, una figura ésta que no solo se refiere a las fiestas sociales, sino que es toda una manera de estar en la vida que rehuye la crueldad y da a manos llenas disfrazando la generosidad de frivolidad.
Algo se ha revuelto en mis neuronas y, de repente, las palabras no me salen sino que las tengo que sacar con berbiquí como quien trabaja una mina casi agotada y llena de vetas tramposas. El otro día no podía dormir pensando en la palabra "colonia". Es un perfume desleído; pero también es una especie de delegación de la metropóli y un enjambre de seres pequeñitos, amén de un conjunto de chalecitos.
