Juan Urrutia Elejalde

Graneles

Textos de Juan Urrutia para su blog entre 2002 y 2022

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Maynard o Milton, Milton o Maynard

Maynard o Milton, Milton o Maynard

Publicado en Expansión, martes 9 de enero de 2007 El reciente fallecimiento de Milton Friedman ha dado origen a un torrente de artículos y comentarios sobre su figura y sobre su grandeza como economista solo comparable, en el siglo XX, con la de Keynes. Baste con mencionar aquí una de esas piezas, la que apareció en el Financial Times el 22 de noviembre firmada por Martín Wolf y que, tal como nos tiene acostumbrados este columnista, era una pieza excelente ( Keynes versus Friedman: Both men can claim victory ). No se trata de comparar dos gigante, se trata más bien de usar esa comparación para preguntarse qué diablos es esto de ser un buen economista o de hacer buena economía.

Educación y salud

Educación y salud

Greg Mankiw se hace eco de un articulo del N.Y. Times sobre los factores que inciden en la salud. Según el estudio sobre el que habla el N.Y.

Comentarios a la jornada de Ibermática en el Euskalduna

Comentarios a la jornada de Ibermática en el Euskalduna

En el Euskalduna se presentó a finales de noviembre el olor corporativo de Ibermática y con esa ocasión unos cuantos presentamos algunas ideas sobre innovación desde puntos de vista muy distintos. Sobre la marcha se me occurrieron unos comentarios que no quiero dejar por ahí­ tirados. El primero de ellos es sobre olor y perfume : El olor corporativo de Ibermática ha sido elaborado por el quí­mico perfumista Darí­o Sirerol que no quiere hablar de perfume; sino que se interesa por el conjunto de maderas de las que podrí­a extraer lo que él cree que es el olor de Ibermática.

Kontraren Kontra

Kontraren Kontra

Esto es lo que yo era para Micaela Urberuaga Sansebastián: un kontraren kontra. Frente a lo que pudiera creerse, ser un kontraren kontra no quiere decir, según la lógica del euzkara, estar en contra de los que están en contra, sino llevar la contraria por sistema. Me llamaba Kontraren Kontra especialmente cuando a las 8 de la mañana de un dí­a cualquiera de mi infancia, yo insistí­a en añadir mantequilla de posguerra a un humeante chocolate a la taza, en lugar de untarla sobre un pan negro adquirido gracias a la cartilla del racionamiento.

Los toros

Los toros

No me refiero ahora a los toros como animales que sufren (para eso ya están Mosterín y Gómez Pin) sino al toreo, ese arte que la Ministra Narbona parece no apreciar demasiado. Eso es lo que me pasaba a mí­; que mi madre, una española de mantilla y peineta, me usaba como coartada para ir a la feria de agosto en Bilbao ante la rotunda negativa de mi padre a acompañarle. Lo que me pasaba es que me daba un poco de vergüenza la exhibición de mi madre y que, en consecuencia, me daban rabia los toros.

Más apuntes en mi Goulue

Más apuntes en mi Goulue

El calentamiento global ha cambiado el color del agua del Abra de Bilbao , ese pedacito de mar civilizado que contemplo desde el ventanal de mi casa. Hace 30 años el Abra era marrón con irisaciones de verde legí­a. Hoy es azul; pero no de un azul cualquiera.

La Goulue navideña

La Goulue navideña

No hay manera de sentirse cómodo en estas fiestas. Tampoco se puede, o al menos yo no puedo, olvidarme de ellas y escribir largo. Solo me quedan las notas de mi Goulue para salvarme del naufragio.

El conservadurismo de los economistas

El conservadurismo de los economistas

Hay una entrada interesante en el blog de Greg Mankiw sobre la presunta mayor actitud conservadora de los estudiantes de economí­a. En su post Mankiw ofrece tres razones inteligentes para que esto sea, all in all, cierto. Deja de mecionar algunos experimentos en los que esto aparece con claridad y una de sus razones se me antoja débil.

Sí está de moda hablar de religión

Sí está de moda hablar de religión

A pesar de que mi último post sobre el ateismo me parecí­a un poco extemporáneo, me decidí­ a publicarlo porque creí­a realmente que el ateismo se está poniendo de moda en la cultura occidental. A la luz de lo que luego descubro en un Herald Tribune atrasado que llevaba en la cartera, me parece obvio que lo que sí­ está de moda es la religión sea para criticarla, sea para promocionarla. Me parece que una vez que ya cometí­ la descortesí­a de hablar de estas cosas en estas fechas, no creo que lo pueda empeorar si continúo haciéndolo a través de mi respuesta a los dos artí­culos del Herald Tribune.

Christmas Economics

Christmas Economics

Este es mi regalo de Navidad para mis socios y amigos de Las Indias. Justamente una reflexión sobre el regalo que no la hago yo;sino Greg Mankiw y que espero que guste a estos jóvenes colegas que hacen propaganda de la lógica de la bundancia y de la manera de ser del mumi, esta vez desde el hemisferio sur, y que hacen la única editorial anual regocijándose una vez más en el regalo gratuito . Como dice Bernardo Atxaga nada hay más necesario que lo caprichoso.

¿Está de moda ser ateo?

¿Está de moda ser ateo?

Topé con Tom en la calle Almagro y me felicitó las pascuas en una actitud como de pedir perdón por felicitar estas fiestas excvusivamente cristianas. Como yo pienso que Tom Burns es un católico inglés de esos que realmente lo son seriamente, no pude reprimirme y le contesté que, aunque ateo, celebraba estas fiesta, que naturalmente admití­a su felicitación y que debí­amos conmemorarlas en un mano a mano cuando pasen las fechas oficiales. Ante mi insolencia Tom sacó lo mejor de sí­ mismo y con un revoloteo de gabardina me hizo gesto de decir: ¡cómo puedes decir esas cosas tan antiguas!

La descentralización del Sistema Nacional de Salud

La descentralización del Sistema Nacional de Salud

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha realizado un estudio con un nombre revelador de su contenido: Estudio de las condiciones de trabajo, retribuciones y carrera profesional de los médicos en España . El estudio se presentó el jueves 14 de este mes y al dí­a siguiente el ABC se hizo eco de él subrayando que los médicos reclaman la recuperación de la centralización del Sistema Nacional de Salud (SNS). Se pueden consultar estas reacciones en la pagina de esta confederación sindical Los médicos se movilizan y algunos periódicos se hacen eco de la protesta para defender una vez más la unidad y la centralización.

Groucho reinterpretado

Groucho reinterpretado

Siempre he disfrutado mucho del chiste que se atribuye a Groucho Marx y que dice que él nunca pertenecerí­a a un club que le admitiera como socio. Pero nunca he sabido muy bien porqué me hací­a tanta gracia. Pensaba que era la descarnada declaración de un pesimista risueño que no se creí­a digno de formar parte de una sociedad exclusiva y excluyente.

En la muerte de Vicente Urnieta

En la muerte de Vicente Urnieta

Ha muerto Vicente Urnieta. Le traté mucho durante la carrera allá en Bilbao; pero luego perdí­ su pista. Curiosamente me lo rescató Esteban Ormeche cuando hace un par de años delató a algunos personajes que le utilizaban como "negro" y entre los que estaba Vicente.

El dueño de los timbales, y II

El dueño de los timbales, y II

Termino el primer borrador de entradilla a la gran novela de Bilbao con un párrafo, el segundo, que introduce otro tema que estará presente en toda la saga. Este párrafo y el anterior constituyen conjuntamente ese comienzo a una obra de ficción que basta y sobra para saber si el autor es alguien con quien querrí­amos conversar o más bien alguien a evitar. Sobre primeros párrafos ya escribí­ hace tiempo y ahora se trata de aplicarme el cuento a la búsqueda de una comunidad desterritorializada > En una percha ahorcada sobre la puerta abierta del armario cuelga su smoking de solapas brillantes redondeadas y, toque personal, una abertura trasera que lo hace similar a una americana pero que es tan larga que parecerí­a que desea dejar entrever lo que hay que ocultar.

El dueño de los timbales

El dueño de los timbales

Continuo con el primer párrafo de la gran novela de Bilbao que presentaba ayer .......y tiritan de miedo dos naufragos. > Sus ventanas daban al sureste de la plaza, con un colegio de chavales vací­o a la hora de comer y con un restaurante lleno de pobres hombres orgullosos de verse como la España que trabaja y que solo son funcionarios al dictado del Boletí­n oficial. Pero no hubo ocasión de discutir donde pasar la noche, cojimos nuestros bártulos y nos largamos a su casa, a la que habí­a sido de sus padres, y antes de su abuelo, y que ella heredó de aquellos y en donde habí­a vivido todos sus recuerdos bajo la tutela de este abuelo todaví­a firme y con camisa blanca impecable que no dejó traslucir su desencanto por nuestra deserción.