Virus y palabras
Desde el último post he sido un ser sufriente aquejado de un virus no identificado que me ha tenido en cama, hecho un trapo y sin saber si era gripe, un simple catarro o, simplemente, el fin. Un virus que se agarra en Pamplona no es cualquier cosa, pero no me di cuenta de su origen foral y traté de luchar contra él, un error que pagué caro pues, además de ser derrotado, alargué inútilmente la lucha. O quizá, pienso ahora, la lucha no fue inútil pues en medio de la calentura uno descubre extrañas figuras del pensamiento muy parecidas a ideas descarriladas.