Publicado el 3 de septiembre de 2012
El movimiento Occupy Wall street tiene como grito de guerra la declaración de un hecho: «somos el 99%». Es un grito que denuncia un fenómeno llamativo que, mientras todo marchaba bien navegando las suaves olas de burbujas varias, no herían la sensibilidad tal como lo hace ahora cinco años más tarde del inicio de esta crisis cuyas últimas consecuencias, especialmente en Europa, están lejos de vislumbrarse. El hecho que se pretende denunciar es que, a pesar de que desde el principio de los años ochenta, cuando comenzó la desregulación, el mundo ha crecido mucho y la desigualdad en la distribución de la renta entre todos los seres humanos ha descendido debido singularmente al crecimiento llamativo de la superpoblada China, la desigualdad ha crecido escandalosamente en algunos paises desarrollados.