Juan Urrutia Elejalde

Graneles

Textos de Juan Urrutia desde 2002

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Shane

Shane

Tenía pensado escribir una adición sencilla al post del pasado martes sobre el «ir a ninguna parte» como divisa de vida; pero me ha sido imposible pues el día se me ha ido viajando a casa. Las nubes se han ido dispersando a medida que llegaba, el cielo era ya de un azul limpio, el Abra me ha recibido con la temperatura ideal, el sanador olor a mar y salitre y un viento suave del este que hinchaba las velas de los pequeños balandros de recreo. Mientras paseaba al borde del mar a la caza del rayo verde he repensado mi intención original de hacer de Shane el icono identificador de los que estamos yendo a ninguna parte.

¿Pueden disiparse las Rentas?

¿Pueden disiparse las Rentas?

Las palabras son ambiguas. Pensemos en la palabra «renta». Para cualquier ciudadano la renta puede ser lo que paga el arrendatario como alquiler al arrendador o dueño del del piso que habita.

Esto no va  a ningún sitio

Esto no va a ningún sitio

« Esto no va a ningún sitio » o « así no vas a ningún sitio » son expresiones comunes y de las que no recelamos. La primera puede ser la opinión de un empresario o de un investigador en una conversación con unos socios o con unos colaboradores en una determinada línea de investigación. La segunda nos recuerda a una recriminación paterna o materna cuando la adolescencia nos inclina hacia formas de vida poco convencionales.

Anti antirelativismo

Anti antirelativismo

Un amigo, DT, me envía esta cita del antropólogo Clifford Geertz que me parece muy relevante para alguien como yo que es un kontraren kontra y un relativista convencido como buen liberal/comunitarista a lo Rorty o a lo Taylor. Se trata del último párrafo de un artículo académico de este famoso antropólogo cultural: > The objection to anti-relativism is not that it rejects an it's-all-how-you-look-at-it approach to knowledge or a when-in-Rome approach to morality, but that it imagines that they can only be defeated by placing morality beyond culture and knowledge beyond both. This, speaking of things which must (needs) be so, is no longer possible.

Acuerdo de madrugada

Acuerdo de madrugada

Ya se nos contará mejor, pero de momento esta noticia que se produjo en la madrugada de hoy es como un suspiro de alivio. Creíamos que Merkel era de hierro, por convicción apoyada en intereses electorales, y que jamás admitiría que el país, España, no fuera avalista de los posibles impagados de la banca española que va a recibir 100.000 millones de euros. Esto merece dos comentarios rápidos.

Martin Wolf y John Kay, rentas y confederalismo

Martin Wolf y John Kay, rentas y confederalismo

Todos los miércoles compro el FT en papel. Me podría registrar y leerlo todos los días, pero necesito poder cortar la hoja de COMMENT para poder archivarla a fin de que esté disponible para poder ser usada más adelante. Así que ayer compré el FT para olisquear las columnas de Martin Wolf (« Look beyond summits of salvation ») y de John Kay (« Lessons on rent-seeking from Hosni Mubarak to Louis XIV »).

La paloma de Kant

La paloma de Kant

Como no tenemos ni idea de cómo comenzar a desbloquear los frenos que los tratados representan para la refundación de Europa, estos días proliferan los comentarios y los esquemas novedosos. Entre los primeros se encuentra esta entrada en VOXeu que me remite JO y, entre los segundos, cabe mencionar este en paticular que me recomienda JA. Merece la pena leer ambos.

VIII, Commons

VIII, Commons

Los bienes comunales han sido siempre un dolor de cabeza para los economistas. No tienen que ver con los bienes públicos pues estos son accesibles a todos y no reflejan ninguna rivalidad puesto que su uso por alguien no evita su uso total por cualquier otra persona. En cambio los bienes comunales no son ajenos a la rivalidad puesto que cuanto más se usan por alguien menos queda para otros como, por ejemplo, en el caso de los pastos o de la pesca.

VII, Angela contra Christine

VII, Angela contra Christine

En los días que restan hasta la llegada de las vacaciones políticas parecería necesario, para que esas vacaciones pudieran de hecho tener lugar, un esbozo del argumento del relato que se va a construir, el calendario de las hitos temporales que los autores deberían cumplir y quienes serían en principio los autores o autoras del relato. No estoy hablando de eso que ha dado en llamarse hoja de ruta pues, en general, se emplea esta expresión para referirse no a planes para construir un relato sino a las medidas que se pretenden tomar y el orden en que deberían ser tomadas. Pero pedir esto sin relato previo me parece tan desmesurado en el caso de Europa que su mera mención me produce una total incredulidad sobre las medidas que se anuncien y un escepticismo no menos total respecto a las intenciones constructivas de aquellos que las anuncian.

Notas  de viaje

Notas de viaje

He vuelto a casa el fin de semana y así, como de paso, me he librado del infierno de Madrid, donde no quedan sino perros y niños igualmente tratados desde la distancia que permite la correa, con la misma displicencia por madres deseperadas, dueños arrepentidos o criadas aburridas. Antes de salir hacia Euzkadi todavía tuve que resistir la visión de hombres con la cabeza cubierta con exóticos tocados. Para protegerse del sol supongo.

Hans Werner Sinn y otros economistas (no) del montón

Hans Werner Sinn y otros economistas (no) del montón

No es difícil augurar que, más allá de la cantidad y condiciones del rescate del sistema bancario español, cuestiones estas muy importantes para este país, lo que está en juego es la situación económica de la eurozona, de toda la UE y, si me apuran, de la economía mundial. No es de extrañar por lo tanto que haya economistas de prestigio indudable que opinen sobre la mejor manera de sacar a Europa de un escenario que mestra una exigua tasa de crecimiento, un desempleo una pérdida de competitividad notable aunque desigualmente distribuida. Dejando a un lado Krugman, que tiene la valentía de ser fiel a su conciencia liberal y opinar a menudo y con una consistencia tal que parece repetición y permite la crítica de cualquier alevín de economista que lucha con le revisión de su primer «paper», calificándolo de economista del montón, nos encontramos con gente como Rogof o Stiglitz que nunca han rehusado el cuerpo a cuerpo, incluso entre ellos, y llevan siendo consistentes en sus diagnosis y recetas al menos cinco años.

Fogonazos XI, Hablar oscuro

Fogonazos XI, Hablar oscuro

Mi amigo Javier Zuloaga me alegra la mañana de no pocos días. Hoy, por ejemplo, su post me hace pensar sobre la claridad en el uso de la palabra, algo que no abunda, especialmente en el ámbito de la Economía, un asunto que parece monopolizar el murmullo ciudadano y del que es difícil hablar sin tecnicismos. Pero como él nos cuenta: > «La gente quiere saber lo que pasa, que alguien nos lo explique, me decía hace pocos días una comerciante del Vallés, después de insistir en que no vengan de nuevo con lo de la burbuja, ni le hablen de Grecia, ni del interés de los bonos, ni de una prima de riesgo.

VI, Acto gratuito y Frontera

VI, Acto gratuito y Frontera

El ambicioso post del sábado pasado no era independiente del intento de dar los pasos necesarios para esbozar un nuevo relato que genere una nueva heurística. Por eso querría ahora volver a ese post y desarrollar alguna de sus ideas como la del acto gratuito y la de la frontera como habitat natural del hombre que ya apunta en nuestros jóvenes en formas novedosas. Decía allí: > ¿Cómo entender algo en este mundo extraño que solicita mi escepticismo ante mi necesidad de absoluto y ante esta última me impone un relativismo implacable?

A propósito de Hopper o entre la lealtad y la traición

A propósito de Hopper o entre la lealtad y la traición

Meursault, el protagonista de El Extranjero de Albert Camus es alguien en quien la experiencia de la nausea que siente Roquentin en la novela homónima de Jean Paul Sartre) ante la visión de una raíz, es llevada al límite. Cualquier cosa o persona, y no solo una raíz, resulta totalmente extraña a un ser humano incapaz de reconocer su funcionalidad y resulta absurda e incomprensible en su simple estar ahí. En un sentido ético y/o pragmático esta sensación alucinada, o quizá totalmente lúcida, nos permite afirmar que, tal como decía hace un par de meses, la heurística, aquella con la que nos hemos conducido hasta ahora, se ha acabado.

Un intermedio

Un intermedio

Hago hoy un intermedio para comentar dos posts y reflexionar sobre el uno, el otro y los dos. Y todo ello sin entrar en detalles. Leo hoy en «Nada es Gratis» un post largo de Luis Garicano, coautor de aquel artículo en El País que critiqué con cierta amargura, especialmente en alguno de sus párrafos.

V, Juegos cooperativos

V, Juegos cooperativos

En bibliometría se llama sleeping beauties a las líneas de investigación o artículos concretos que podrían haber abierto otras formas de pensar revolucionarias y que, sin embargo, ningún príncipe supo besar con cuidado hasta un momento determinado. Ya he hablado a propósito del descubrimiento arqueológico de la economía del desequilibrio y de una manera especial de estudiarla que nadie siguió. Hoy traigo a colación la Teoría de juegos y , dentro de ésta, la teoría de los juegos cooperativos una línea de investigación adormilada (tal como decía hace ya 7 años) y que, sin embargo, debería ser espabilada por las circunstancias cambiantes.