Publicado el 5 de octubre de 2011
NOTA: Adjunto el texto de la laudatio que pronuncié en el acto de entrega de la medalla del oro de la Universidad Carlos III de Madrid el pasado día 27 de Septiembte a Javier Solana TEXTO Querido Javier: déjame dirigirme a ti con la sencillez que la ausencia de traje académico persigue y permite y a pesar de que la mera enumeración de algunas de tus encarnaciones anteriores me impulsaría en principio a protegerme con un ropaje diseñado para dignificar el saber y disimular inseguridades. No es fácil, efectivamente, glosar tu figura polifacética que pasa, más o menos en orden, por la educación esmerada propia de esa clase madrileña que supo mantener la inteligencia y la cultura en tiempos oscuros, por la rebeldía universitaria que te proporcionó tu primer título honorífico como expedientado, por tu doctorado en física en los EE.UU de América, por la cátedra, por la renovación del Partido Socialista del interior, por una carrera política que te hizo pasar por varios ministerios en los gobiernos de Felipe González y por tu paso a un cierto “exilio” alejado de la política nacional e inmerso en cuestiones de seguridad y defensa en la OTAN y en la UE, para finalmente regresar a casa, convertido ya en un hombre universal y asociado a un ingente número de instituciones todas ellas con objetivos conducentes a entender la geopolítica y a diseñar la gobernaza de ese mundo global. Como yo no podría glosar con una cierta autoridad todas ellas me limitaré a rozarlas con la finalidad expresa y no disimulada entre los pliegues del traje académico, de utilizarte una vez más como ya lo hice sin recato alguno en aquellos primeros años de esta universidad Carlos III que comenzó su andadura siendo tu Ministro de Educación y Ciencia.