Publicado el 7 de mayo de 2011
Si bien el problema de la deuda soberana es un asunto económico bien antiguo y relativamente bien documentado histórica y analíticamente, hoy, al final d la Gran Recesión, reaparece con unos perfiles específicos que han de incluir la existencia de deuda privada de hogares y empresas, externa o no, y que hay que estudiar sin dejarse cegar por las últimas noticias llamativas como pudieran ser la puesta en observación con perspectiva negativa por parte de Standard and Poors de la deuda estadounidense o la aparentemente inminente reestructuración de la deuda griega. Respecto a la primera podemos pensar que aumenta la probabilidad de una caída en la calificación debida a la falta de claridad de cómo esa economía va a manejar los peligros de un enorme déficit fiscal y el consecuente incremento en el endeudamiento público y, en cuanto a la segunda puede ser ya hora de que el hagamos caso a los agoreros y pensemos que su deuda va a tener que renegociarse con posibles quitas y empobrecimiento de acreedores. Además de esas dos noticias de última hora llevamos ya mucho tiempo hablando sin parar del problema del endeudamiento del diferencial de intereses, respecto al bund alemán, que hay que ofrecer pagar para colocarla.