Shirimiri

Publicado el 10/12/2010

El otro día y como de paso comentaba la diferencia entre la lluvia en Madrid y la lluvia en Bilbao mientras me cabreaba con el desbarajuste de la deuda soberana. Ayer en una tarde triste madrileña, ya caida la noche por eso del cambio de horario, escarbo en la Bibioteca y encuentro la Trilogía Vasca de Gabriel Celaya, editada por la Diputación de Guipuzcoa no sé cuando, que de estas cositas no nos preocupamos los vascos. La abro y allí está Shirimiri, un poema entre sencillo y transcendente. He aquí un fragmento:

"Llueve y llueve. ¿Qué delicia sentirse en lo fluyente, ser un hombre corriente-

Llueve: Fiel definición de lo que empieza y no acaba, divinamente sin yo.

Llueve y llueve, y llueve. Llueve, llueve con constancia, ¿amor de lo que siempre vuelve!

Llueve y llueve. Nada pasa. Es decir, pasa la nada. Llueve tan, tan de verdad, que se descansa.

Llueve sin más. Llueve tonto. ¡Mal tiempo!, dice la gente que vino a veranear. ¡Ay qué buen tiempo sin tiempo!, digo yo

¡Qué pena que en Madrid no haya nunca ese tiempo sin tiempo!

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