La vuelta en tren desde París a Hendaya ha sido muy instructiva. Atrás quedan Bourne y el diplomático de la pajarita, aunque la historia no ha terminado todavía. Pero haciendo el viaje de vuelta de día me ha enseñado algo muy, muy serio. En Francia la red eléctrica tiene un aspecto físico muy distinto al que ofrece en España. Desde pequeño he visto en las torres de alta tensión dos vaqueros dándose la mano. Hoy me he dado cuenta que en Francia cada torre es como un cowboy con los hombros levantados y los brazos caídos de forma que las manos quedan a la altura del revólver con el que puede atacar al siguiente más próximo. Dos maneras de pensar la fraternidad que, en cierta medida, reflejan también dos formas de entender la nación. Con libertad y justicia todavía puedes elegir entre disfrutar de estar juntos o preparate para el ataque de tu hermano.