Juan Urrutia Elejalde

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Textos de Juan Urrutia desde 2002

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El dolor del capataz

El dolor del capataz

Nunca tendrás ni idea del dolor de un capataz, porque, por un lado, tú no lo has sido nunca, y porque, por otro lado, es un dolor que no se puede comparar con ningún otro dolor ni físico ni psíquico. No se trata de que el reuma sea más intenso en casas menos cuidadas que las de los dueños, ni tampoco de que el capataz lleve prendida como una estrella inmaterial que no le permita llevar la cabeza alta. Se trata más bien de que debe inclinar la cabeza ante los dueños, y no por ningún imperativo legal, sino como una especie de reflejo inevitable, pero al mismo tiempo doblemente humillante.

Oído por la calle

Oído por la calle

Un grupo de mujeres ya maduras, pero todavía de buen ver, salen de una oficina y una, que estaba diciendo «...pues bueno...», continúa después de unas frases que no oigo: «...a ver qué le echo de comer a mi marido». La analogía con el perro es obvia. Y merecida por nosotros los maridos que hemos hecho de nuestras esposas unas capataces siempre disponibles y que acaban quedándose con el «negocio» del dueño en lugar de unas compañeras de viaje.

Años de transición

Años de transición

Ella sabía mi nombre, pero yo ignoraba el suyo. Me había dicho que me lo diría la próxima vez que nos viéramos, y así fue cuando desde el día siguiente a aquel que empezó tan de madrugada, retomé mi costumbre de cruzar la ría a hurtadillas. Ya lo hacía sin ocultarme y sin necesidad de hablar de ello.

LXXXVII, Parresía, heurística y rentas

LXXXVII, Parresía, heurística y rentas

La conversación pública que ha seguido a la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot ha desbordado todos los medios de comunicación y es un ejemplo flagrante del hablar poco franco. Abstrayendo de las reacciones extremas que imaginamos van desde el «que se pudran en la cárcel» al «volvamos a las armas si no se ejecuta la sentencia», el resto es un ejemplo a recordar de lenguaje cobarde o excesivamente delicado o cuidadamente sibilino a fin de no herir a, o enfrentarse con, nadie. El resultado es un amasijo de vulgaridades, contradicciones y frases hechas.

Breves comentarios al discurso

Breves comentarios al discurso

El jueves pasado y desde Bilbao escuché el discurso de Felipe VI ante las Cortes Generales y otros poderes del Estado. He dejado pasar unos días para echar un vistazo a la opinión de algunos diarios y ya me encuentro en disposición de ofrecer la mía, que no tiene nada de original, pero es la mía. Lo primero que llamaba la atención más allá de las fórmulas rutinarias utilizadas, es el deseo del Rey de hablar de todo lo que ha preocupado a la opinión pública en los últimos tiempos sin dejarse nada en el tintero.

LXXXVI, Por un liberalismo pequeño burgués

LXXXVI, Por un liberalismo pequeño burgués

Si algo me ha dejado claro la guerra de Iraq es el peligro del autoritarismo de los neoconservadores americanos quienes, a la manera de aquellos católicos del imperio español que pretendían evangelizar a cristazos, están tratando de exportar al Oriente Medio unos valores y unas instituciones pretendidamente liberales de manera brutalmente persuasiva. La administración Bush representa ese autoritarismo neoconservador y como tal no ha prestado atención a la opinión pública, no ha jugado limpio en el seno de algunas de las instituciones multilaterales existentes y, desde luego, no ha ofrecido una discusión pública racional más allá de un canto desafinado a los valores más tradicionales disfrazados de liberalismo, una loa boba a la fuerza y un desprecio poco caritativo hacia la debilidad. Por estas razones, cuando me propusieron escribir diez líneas expresando mi reacción espontánea al inicio de las hostilidades, no dudé en titularlas con cierta pomposidad retórica como la derrota del liberalismo .

LXXXV, El Hacker accidental

LXXXV, El Hacker accidental

Hace unos diez años Natalia Fernández y David de Ugarte se tomaron la molestia de editar varios textos míos de una época mucho más esperanzada que la que hoy vivimos. Estos textos se denominaron El hacker accidental y es solo por casualidad que los he encontrado. Los he releído muy superficialmente y me ha parecido que, aunque anticuados en ciertos aspectos, son todavía útiles para entender la actualidad y para, quizá, renovar la esperanza.

LXXXIV, Dos bonitas ideas

LXXXIV, Dos bonitas ideas

Hace ya unos años una de las Escuelas de verano organizadas por la Fundación Urrutia Elejalde (FUE) se dedicó a lo que se llama «Behavioral Econimics», y muchas de las ponencias ponían énfasis en la diferencia entre lo que la economía convencional decía o predecía y lo que los experimentos naturales o de laboratorio nos revelaban. Recuerdo la vuelta en coche a Madrid desde San Sebastián con JCGB, ambos un poco desmoralizados, como si lo que habíamos escuchado dejara obsoleto todo nuestro conocimiento, y llenos de ideas sobre lo que habría que hacer para desarrollar la nueva sabiduría a lo largo de caminos similares a los transitados por nuestra generación. Pues bien, el otro día acudí a parte de un homenaje a un profesor de la Carlos III, Luis Corchón, que comprendía un pequeño simposio en el que se presentaban papers sobre temas relacionados con su investigación y trabajados por colegas de su amplio entorno de amistades.

De Bilbao a Bilbao pasando por LA

De Bilbao a Bilbao pasando por LA

Al día siguiente de aquel concierto, a la postre fúnebre, durante el cual el que fue dueño de los timbales durante años y años falleció sobre el tambor mayor de ese instrumento en un momento cumbre de una sinfonía de Mahler, yo partía en el primer avión de Bilbao a Madrid para conectar con el vuelo a Dallas y desde allí trasladarme a Los Ángeles hasta aquella universidad a la que me habían llevado de manera natural mis estudios previos en Boston y mi deseo de seguir estudiando no solo por formarme, más sino por el mero reto de doctorarme sin finalidad ulterior alguna. A veces me hago notar en conversaciones distendidas como un individuo que nunca ha trabajado, pero tampoco es que mi idea fuera dedicarme a la Universidad, como acabé haciendo, para realmente no tener jefes y, por lo tanto, no trabajar por muchas horas que metiera al día tratando de entender textos enrevesados de autores que oscilaban entre la Economía, la Filosofía o la Política. Esto lo hacía por puro placer y en aquella época yo no podía asociar el placer con el trabajo.

La Goulue en Venecia

La Goulue en Venecia

Me equivoqué dudando, en el último minipost, del servicio que la Goulue me podría hacer en Venecia. Casi la he rellenado entera pues, arrastrado por una jóven arquitecta de pocos años, he recorrido no solo la Bienal de Arquitectura, que es a lo que íbamos, sino también muchos lugares ignotos de este lugar fuera del tiempo; y que, naturalmente me han obligado a tomar notas. La ciudad se sigue hundiendo y los venecianos se van.

Un texto erótico (no apto para menores)

Un texto erótico (no apto para menores)

Viene de aquí. No se quitaba de la cabeza el disgusto de su madre por la imposibilidad sobrevenida de no poder lucir sus joyas en el mejor hotel de la ciudad en el festejo que seguiría a la botadura. Pero su meditación en el tren le había suavizado un poco la sensación de incomprensión, y la perspectiva de encontrar a esa chica a la que perseguía cada mañana, y con la que ya había comenzado a intercambiar alguna sonrisa y dos palabras, le calmaba un poco los ánimos.

Visita a Venecia

Visita a Venecia

Mañana salimos para Venecia para pasar tres días con ocasión de la bienal de arquitectura 2014.Visitaré todo lo que haya que visitar ,pero mi ilusión es lograr ser absorbido por la belleza de la Serenísima a partir del conocimiento de su origen comercial y navegante. Poner al alcance de cualquiera en el mundo, se encuentre donde se encuentre, lo que en cualquier parte de ese mundo se produce o aquello que allí crece es algo más que comerciar, es cambiar la forma de mirar al mundo. Y por consiguiente a uno mismo, aprendiendo a ser simples y complejos simultáneamente mientras luchamos sin tregua por ser reconocidos como tales y nos exponemos a ser rechazados por nuestra negativa orgullosa y rotunda a ser etiquetados.

El secante del Rey

El secante del Rey

He escuchado el discurso de abdicación del Rey y sigo sin saber por qué sus razones de hoy no eran válidas hace poco tiempo cuando dijo que no abdicaba. ¿Se trata de los resultados de las elecciones europeas? Quizá, porque, aunque éstas no sean determinantes para ningún país, aquí han dejado traslucir una seria decepción con la nunca terminada Transición.

LXXXIII, Y del conservadurismo político ¿qué?

LXXXIII, Y del conservadurismo político ¿qué?

Como en el último post decía de paso que no tengo nada contra el conservadurismo político y me dedicaba a criticar al conservadurismo intelectual y, como después de las elecciones europeas, nos encontramos en una especie de encrucijada política, he pensado que igual merece la pena volver la atención sobre algo que escribí hace más de diez años y que, después de releído, refleja bastante bien mi posición política actual. Curiosamente me parece interesante el leerlo ahora aunque ya no se utiliza tanto la etiqueta «neoconservador» pegada a una actitud política muy concreta. Véase aquí el texto completo.

LXXXII, Contra el conservadurismo intelectual

LXXXII, Contra el conservadurismo intelectual

He leído en no sé donde que es la diversidad genética la que nos libra a nosotros, al igual que a cualquier otro grupo animal (o vegetal, supongo) de no desaparecer a causa de cualquier epidemia por muy contagiosa que esta sea. Como los agentes patógenos son muy específicos, no es ya posible que acaben con todos los individuos, sino solo con algunos derivados de alguna mutación pasada de la que uno espera no descender. Me encanta que la Diversidad se empiece a apreciar incluso por aquellos que quizá fueran propensos a considerarla como una degeneración.

Impresiones de Toledo

Impresiones de Toledo

La Goulue no me defraudó en Toledo. Es un instrumento idóneo para tomar notas rápidas e instantáneas, como las fotos de los turistas que desoyen las instrucciones de las azafatas de los distintos espacios en los que se recogen las obras de arte que se juntan para conmemorar el cuarto centenario de la muerte de El Greco, y que incluyen lo que llaman Toledo Contemporánea, con una exposición de fotos de Toledo comisariada por Elena Ochoa Foster y tres obras de Cristina Iglesias destinadas a permanecer en la cuidad, una en la Plaza del Ayuntamiento, otra en el convento de Santa Clara y la tercera en la Torre del Agua en el campus de la ciudad universitaria que desplazó en su día a una antigua fábrica de armas. Estas exposiciones de hoy, así como el conjunto de las obras de El Greco, suscitaron en La Goulue unas impresiones que me obligó a transcribir y que ahora paso a leer y a explicar.