Complicaciones inesperadas
El asunto del bañador 5 se complica y lo hace por caminos insospechados. El más simple e inocente de estos caminos es que no encuentro a la rubia que me acercó el bañador sin pernera y con colores que me suenan a algo que no logro recordar. Pero, por otro lado, el bombardeo de los pistófilos creditófagos que se puede ver aquí y aquí, aunque muy de agradecer en un sentido, me ha empezado a resultar sospechoso pues sus expresiones en alemán me dan miedo, un miedo no fácil de concretar, difuso y no del todo separado del aspecto físico de la aparente funcionaria de correos que me trajo el bañador en un sobre de correos cuyo origen no puedo discernir claramente y que tenía cierto aspecto parecido al de Marlene Dietrich.