Publicado el 28 de julio de 2020
En mi último post hacía unos comentarios que, de una u otra forma, nos hacen ver no solo que el principio está en el fin sino también, indirectamente, que no hay ningún fin definitivo excepto, claro está, la muerte. Mi situación actual es un fin en el que se traslucen muchos principios previos relativos como son principalmente mi ingreso de hace casi un año en una clínica con un diminuto ictus y un gran vértigo que, en su conjunto, me produjeron una pérdida de memoria que cada día me parece de mayor dimensión. Este increíble handicap junto con esa enfermedad de los huesos que crecen más de lo que pierden, llamada Paget, han provocado que ya no sepa quien soy y que, por lo tanto, no tenga ni idea de a donde voy a llegar.