Juan Urrutia Elejalde

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Textos de Juan Urrutia desde 2002

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Universidad Carlos III de Madrid

Universidad Carlos III de Madrid

Con el coche estropeado he sentido pereza al tener que acudir en taxi a «mi» universidad para la comida del círculo de amigos de la Carlos III. Y, en poco tiempo, las noticias recientes respecto a la performance de esta Universidad me ha alegrado el día, especialmente cuando, a pesar de la promesa de no hablar del asunto Cifuentes, los escándalos de esa otra universidad del sur que todos conocíamos revaloriza esa performance nuestra. Entre sus mucho éxitos no se ha comentado uno que acababa de ocurrir y que esta mañana ha aparecido en Nada es Gratis.

Epica y Lírica, Aida, Antígona y el nacionalismo

Epica y Lírica, Aida, Antígona y el nacionalismo

Cabe muy bien comparar y/o enfrentar estas dos obras de arte: una ópera (Aida de Verdi) y una tragedia (Antígona de Sófocles)). Siglos separan una y otra y, mientras la ópera se recrea en la Música, la tragedia usa la palabra poetizada en el original para dotarla de un ritmo que, si bien podríamos designar como musical, es simplemente una forma de ayuda a la declamación y que, al no existir en las versiones actuales, le resta impacto. Pero estas dos obras tienen algo en común: una forma de mezclar la épica y la lírica.

La paz de un hospital

La paz de un hospital

En alguna página de Economía Neoclásica: seducción y verdad, página que ahora no voy a buscar, escribí algo así como que «nadie muere, todos nos suicidamos» queriendo decir quizá, aunque no lo recuerdo muy bien, que cuando ya hemos hecho lo que hemos venido a hacer a este mundo ya no deberíamos tener interés alguno en permanecer en él. Y, aunque no lo pensé hace un par de años, una idea así debía estar detrás de mi conciencia cuando el 14 de septiembre del 2016 escribí un post que titulé Placidez total, en el que me rendía ante la serenidad que me proporcionaba el ambiente de un hospital particular en el que, justamente, me habían operado del corazón tres años antes. Una idea de cómo me sentía la comunica bien la siguiente cita: > Como el departamento es grande hay mucho trasiego de pacientes y el paisaje que conforman está entre siempre nuevo y siempre distinto, como las olas en la orilla del mar un día de calma en el que se puede observar sin interrupción los más pequeños detalles, ninguno relevante para nada.

El terror de un viejo incapaz

El terror de un viejo incapaz

En el contexto de la búsqueda necesaria para reunir mis cuentos cortos de los que hablaba en el último post he encontrado Herr Kan camino de la Gola del Ter a la hora de comer. Hemos decidido hacerlo en el restaurante del Hostal Picasso y he tenido la suerte de encontrar una plaza en el parking de esa instalación. No era fácil de aparcar, pero finalmente lo he logrado y de manera que dejaba espacio suficiente para que el vehículo aparcado a la derecha pudiera abrir la puerta del conductor.

Juan Urrutia. Cuentos cortos

Juan Urrutia. Cuentos cortos

Ya en Foixà y esperando la llegada de los nietos me asedia el recuerdo de otros escritos que en tres veranos distintos y en este pueblo del Baix Empordà comencé a escribir y más o menos terminé. Me lo pasé muy bien escribiéndolos, pero nunca soñé en ponerlos juntos en una especie de publicación corta de esas que se llevan ahora y que pondría juntos una versión renovada de los tres. El primero de ellos hacía referencia a una marca de automóvil, el Skoda, que me traía a la cabeza una cierta historia de mis padres cuyo automóvil de esa marca fue requisado por las tropas nacionales con ocasión de su entrada en Bilao en junio del 37.

Vuelta de Israel

Vuelta de Israel

Llegué de vuelta de Israel ayer viernes por la noche. Y digo bien Israel porque aunque, como dejé ver en mi anuncio de pausa, yo pensaba en Tierra Santa, muchos lugares del Nuevo Testamento, como Nazaret o Belén han quedado sin ser visitados. Mis compañeros de viaje son más bien del Viejo Testamento y ello sin mucho entusiasmo.

Otra pausa

Otra pausa

A principios de año escribí este post transmitiendo que nos íbamos a Tenerife con hijos y nietos y sin ordenador pues no que quería distracciones. Mañana me voy, esta vez solo aunque con amigos de Los Angeles, a Tel Aviv y, otra vez, sin ordenador. Será una semana corta, pero espero que me de tiempo para contemplar muchos de esos lugares de los que tanto he leído y estudiado en mi niñez escolar, de Belén a Nazaret pasando por Jerusalem y Haifa.

Gorrión rojo (Red Sparrow)

Gorrión rojo (Red Sparrow)

Me voy haciendo a la idea de la jubilación y me permito escapadas que todavía se me antojan un tanto disparatadas. Por ejemplo ayer me escapé a media tarde al cine y me fui a ver Gorrión Rojo a un cine cerca de casa. Me sentí como haciendo «pira», pero acabé dándome cuenta que ya no hay esa cosa en mi caso.

«La llamada de la tribu»

«La llamada de la tribu»

La llamada de la tribu es el título del último libro de Mario Vargas Llosa que muy recientemente fue presentado en La Casa de América en Madrid. Se trata de una colección de ensayos sobre sus ensayistas, políticos, filósofos, periodistas o economistas preferidos que le hicieron el camino que le llevó desde una juventud marxistoide hasta una madurez digamos que liberal. Para alguien que, como yo, no es mucho más joven que él, el camino es conocido aunque comenzó menos radical y terminó o va a terminar menos liberal que el de D.

¿Deshaciéndome de mis recuerdos?

¿Deshaciéndome de mis recuerdos?

Hace algo más de un año abandoné la sede en Madrid de la Fundación Urrutia Elejalde (FUE) en donde había recalado bastantes años antes con todas mis pertenencias académicas y en donde fui acumulando adicional material intelectual. La abandoné porque el alquiler era ya muy alto para la FUE y para mi. Para liberar el espacio para dejar el local en manos de sus propietarios tuve que cargar todas las pertenencias en cajas de cartón enormes, de esas que usan los hipermercados para enviarte la compra semanal a tu domicilio.

Recuerdos de otros tiempos

Recuerdos de otros tiempos

La lluvia de estos días, que ha seguido a la nieve, me ha traído a la memoria la lluvia bilbaína de mi infancia, adolescencia y juventud de la que nos protegíamos con gabardina y paraguas si había que salir, al colegio por ejemplo; pero de la que disfrutábamos precisamente no saliendo si era posible y gastando nuestro tiempo en esas lecturas que nos inyectaron para siempre el gusto por los libros y la sensación de seguridad al ver llover desde cualquier ventana y, sin embargo, sentirte protegido y disponible para los sueños. Son algunos de esos sueños que, en forma de recuerdos, me consuelan estos días bilbainos en Madrid. Estoy casi seguro que en otros posts habré escrito de esos recuerdos y de personas que me mimaban las tardes tristes.

Gentrification, ¿la agonía del churro?

Gentrification, ¿la agonía del churro?

Entre los mucho anglicismos que se cuelan en el idioma que se habla todavía en España, hace ya tiempo que me llama la atención el de gentrificación pues me parece que existen sinónimos adecuados como los de señoritismo o aburguesamiento que lo hacen innecesario. No es lo mismo que lo de Brunch pues todavía no conozco ninguna palabra que reúna adecuadamente en castellano lo de desayuno y comida. O, por lo menos, no me suena bien lo de desalmuerzo o desalzo que podrían referirse a lo mismo.

Soberanía, Verdad y Big-Bang

Soberanía, Verdad y Big-Bang

Las ventajas de no tirar nada o, en todo caso, guardar lo pensado como dispensable en una gran caja de cartón que en años se convierte en varias, es que el contenido de estas cajas nos proporciona el placer de revisar lo que un día nos interesó. Esto es lo que me ha pasado hace unos días con la traducción al inglés en el 2005 de un libro de Karl Schmitt publicado originalmente en 1922, en plena República de Weimar. Lo compré en la Librería Garignani en París, en plena rue de Rivoli , una librería que presume de ser el primer negocio de libros en inglés establecida en el continente.

El Paseo de las Delicias

El Paseo de las Delicias

Me pregunto por qué disfruto tanto recorriéndo a pie el Paseo de las Delicias desde la Glorieta de Carlos V en Atocha hasta la entrada del Matadero en la Plaza de Legazpi. Ya dije algo al respecto en un pasado no muy lejano cuando traté de sentir que, incluso en Madrid, puedo disfrutar de un edificio norteño que, como tal, me recuerda a esa Ciudad mía que nunca podré quitarme de la cabeza. A la edad que ya he alcanzado, ese deambular que tanto me gusta es ya difícil de llevar a cabo con la cabeza vacía a fin de hacer sitio para novedades; pero todavía hay en mi mente un reservado de emergencia para acumular conocimientos que contribuyan a la sabiduría que persigo que no puede evitar pasar por ciertos recuerdos.

La Goulue otra vez

La Goulue otra vez

Tengo el recuerdo vago de que hace años escribí en este blog bastantes posts sobre una pequeña agenda de notas muchos de cuyos ejemplares había afanado yo en un restaurante de New York y que me sirvieron para iniciarme en la toma de notas rápidas para luego meditar sobre ellas. El restaurante se llamaba La Goulue, en referencia a esta bailarina un tanto descarada de la belle epoche , y este es el nombre que aparecía en la tapa de esa pequeña agendita. De hecho durante años he viajado con ella y las notas tomadas en ella están debajo de no pocos posts, como este, por ejemplo.

«Arrebatados por el cambio»

«Arrebatados por el cambio»

Quizá me equivoque pero tengo la sensación de que no hace mucho en este blog explicaba que estaba tratando de recuperar todos mis escritos que no merecen estar en mi C.V. académico pero que forman parte de mi «obra». Voy trayendo a casa las cajas en las que cargué todos los papeles que ocupaban la FUE en la calle Fortuny y acumulé en Global Box a donde acudo de vez en cuando para ir vaciando la celda en que yacen todos ellos.